El pan francés: El secreto mejor guardado de Teocaltiche.

Dependiendo del rumbo por el que vivas en México, será el nombre con el que conozcas al pan. El genérico, bien lo sabemos es pan, así, a secas pues, de lo contrario será pan de dulce. En algunos sitios se conoce como bolillo, en otros birote, en unos más baguette y por estos rumbos de los Altos de Jalisco se le conoce como pan francés; sólo que, este no es un pan francés cualquiera, se trata de la aportación que Teocaltiche hace al noble oficio de la panadería. Su historia es digna de ser conocida, difundida y, por qué no, presumida.

Por el Bable: http://vamonosalbable.blogspot.mx/

Dependiendo del rumbo por el que vivas en México, será el nombre con el que conozcas al pan. El genérico, bien lo sabemos es pan, así, a secas pues, de lo contrario será pan de dulce. En algunos sitios se conoce como bolillo, en otros birote, en unos más baguette y por estos rumbos de los Altos de Jalisco se le conoce como pan francés; sólo que, este no es un pan francés cualquiera, se trata de la aportación que Teocaltiche hace al noble oficio de la panadería. Su historia es digna de ser conocida, difundida y, por qué no, presumida.

Para entender mejor lo sucedido en Teocaltiche durante la 2a Intervención Francesa es conveniente repasar de forma breve algunos acontecimientos, el primero y más conocido, por no decir que el único de este periodo de la Historia de México, es la Batalla de Puebla, la del 5 de mayo de 1862 pero, historia no muy conocida o, en todo caso, a la que no le hemos puesto mucha atención es que, luego de un año, Puebla es invadida por el Ejército francés y la ciudad ocupada el 19 de mayo de 1863, para junio los franceses tomarían la ciudad de México. Ya para diciembre el general Douay se encontraba en San Miguel el Grande (de Allende), tomando León el 14 de ese mes y el 16 Lagos. Para el 7 de enero la avanzada francesa por el occidente llegaba a Guadalajara, es decir, desde Tabasco hasta Jalisco, todo era territorio ocupado por el ejército de Napoleón III.

«El 29 de enero de 1864 Teocaltiche es tomada por una fuerza franco-mexicana que derrota a la guarnición de 600 hombres que la defendía» (1) Y es aquí en donde nuestra historia comienza, me refiero a la historia del pan «francés». Me cuentan que, estando el ejército francés de paso por Teocaltiche, rumbo a Aguascalientes, piden al panadero de la localidad que les preparen un pan que no se eche a perder, el panadero idea uno que, al ser tostado estando fresco se conserva por varias semanas. Sin pensarlo, este desconocido personaje, estaba creando eso que ahora conocemos como «pan tostado» y que compramos ya empacado en la tiendita de la esquina.

El 2 de febrero el general Felix Douay tomaría Aguascalientes, el 6 Zacatecas. El 12 de junio Maximiliano y Carlota hacían su entrada solemne en la ciudad de México. El 19 de junio de 1867 Maximiliano, Emperador de México es fusilado en el cerro de las Campanas en Querétaro. La Intervención Francesa concluía, para entonces en Teocaltiche se seguía produciendo, para el consumo local, el pan tostado que, la vox populi conocía como el «pan francés».

Cuando entré a la panadería, casi como si fuera mi casa, y directo pasé a la contratienda, vi las charolas donde dejaban orear los panes recién tostados, la tentación fue grande, la sorpresa mayor. Este pan es, definitivamente, algo que Teocaltiche puede presumir con gusto y satisfacción, y regodearse de haber sido los creadores del pan tostado que, debido a que fue una petición de los franceses en su devastador paso por la región de los Altos, simple, sencillamente, se le quedó el nombre de Pan Francés.

Cuando vayas a Teocaltiche, una escala obligada será en la panadería “La Flor de Jalisco”, Victoriano Salado Álvarez esquina con Pedro Moreno, en el centro de la ciudad.

«El escritor y periodista aguascalentense, Antonio Acevedo Escobedo, en reciente visita a su ciudad natal comió en casa del licenciado Joaquín Cruz Ramírez, conoció y probó unos panes que se elaboran en Teocaltiche y que los panaderos llaman «francés». Este pan de sal es dorado y tiene un sabor exquisito. De regreso a México, el señor Acevedo, en Guanajuato, escribió estas coplas:

Coplas a mi señor don Joaquín:

Bienvenida la invasión
de los mentados franceses
que tras modesto exterior
esconden exquisiteces.

Su doradito crujiente,
su inconfundible sabor,
con chocolate o con leche,
armonizan de primor.

¡Viva y viva Teocaltiche!
se dice a cada mordida,
si conocieran su pan,
sería nación preferida.

Porque ese pan es muy digno,
de reyes y faquires,
van las gracias más rendidas,
para Joaquín Cruz Ramírez.

Aquí sacudo las ramas,
del álamo en plenitud,
pa’brindar por los Ramírez,
por su dicha y salud! (2)

Fuentes:
1.- González Lezama, Raúl. Reforma Liberal. Cronología (1854-1876). INEHRM. México, 2012.
2.- Acevedo Escobedo, Antonio. El Sol del Centro. Aguascalientes, 7 de julio de 1964.
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