La leyenda del Charro Negro de Jalisco

Tiempo después, al morir sus padres y sin un peso en la bolsa, la leyenda cuenta que el joven invocó al diablo para hacer un pacto con él.

Se cuenta que vivió en Jalisco una familia muy pobre que no tenía más que un pequeño huerto y de vez en cuando comerciaba ganado.

Al darse cuenta de las carencias en su hogar, el hijo de la familia llegó a la adolescencia avergonzado de su pobreza y guardando las apariencias ante la gente con finos trajes, que compraba dejando de comer unos días.

Tiempo después, al morir sus padres y sin un peso en la bolsa, la leyenda cuenta que el joven invocó al diablo para hacer un pacto con él.

El demonio apareció ante él y pudo leer su alma sin ninguna dificultad. Le ofreció riquezas que ni en dos vidas podría acabarse a cambio de su alma, a lo que el mortal aceptó.

Por años, el hombre gastó en vicios, propiedades y demás riquezas materiales que nunca terminaban de satisfacerlo. Además, se dio cuenta que nadie le amaba por quien era, sino por su dinero.

Al verlo arrepentido por haber hecho el pacto, el diablo se le apareció para recordarle que su alma le pertenecía.

El Charro tomó su mejor traje y una bolsa de monedas de oro para huir de ahí, pero el demonio le cerró el paso y dijo:

“Planeaba esperar a que murieras para reclamar tu alma, pero por huir cobardemente, la tomaré ahora mismo”

Entonces pudo ver cómo la piel se le arrancaba de los huesos y su traje negro se posaba sobre su esqueleto.

Vio también a su caballo quemado por las llamas del infierno, convertido en una bestia sin alma que cabalgaría con él para toda la eternidad.

“Vas a cobrar las almas de quienes tienen asuntos pendientes conmigo. Podrás descansar cuando logres que otro acepte la bolsa de oro que llevas contigo”.

Se dice que el Charro Negro se aparece ante caminantes y pecadores que van solos por los caminos de México, especialmente aquellos que viajan de noche.

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