México ocupa el lugar 16 en el mundo con más personas con depresión. La OMS señala que, si no se atiende esta problemática, en 2030 la depresión será la primera causa de discapacidad. México ocupa el lugar 16 en el mundo con más personas con depresión, pues hasta 8% de la población la padece.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de 2020, el 11.5% de la población mexicana sufre depresión.
En cuanto a la ansiedad, según la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica (ENEP) de 2018, el 14.3% de los mexicanos tienen algún trastorno de ansiedad.
Además, según el mismo estudio, la ansiedad es más común en mujeres (17.5%) que en hombres (10.9%).
Según la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica (ENEP) de 2018, el 16.8% de la población mexicana ha tenido un trastorno mental a lo largo de su vida.
Los trastornos de ansiedad son los más comunes en México, seguidos de los trastornos depresivos, el trastorno por estrés postraumático y los trastornos de personalidad.
Según la misma encuesta, la mayoría de las personas con trastornos mentales en México no reciben tratamiento. En el caso de la depresión, sólo el 30.7% de las personas reciben tratamiento; en el caso de los trastornos de ansiedad, solo el 13.4% reciben tratamiento.
Es tiempo de hacer un fuerte llamado a los gobiernos para que generen políticas públicas reales, para que se tome en serio la realidad de los problemas mentales. Desde el gobierno se deben generar acciones que además de tratar y atender a las personas con estos padecimientos, se concientice a la sociedad y motive a los empleadores a considerar estos padecimientos en sus propias políticas.
Aún con cifras tan altas, los trastornos de salud mental siguen siendo grandes desconocidos para el gobierno y la sociedad. Quienes padecen condiciones mentales son marginados, rechazados, ridiculizados e incomprendidos.
Es una realidad que “La peor parte de tener una enfermedad mental es que la gente espera que te comportes como si no la tuvieras”. como comenta el personaje de Arthur en la película “Wason”.
Los trastornos mentales pueden tener una serie de consecuencias sociales para quienes los padecen. A continuación, se presentan algunas de estas consecuencias:
Estigma: Las personas que padecen trastornos mentales a menudo se enfrentan al estigma social y a la discriminación. Esto puede llevar a la exclusión social, la pérdida de oportunidades laborales y educativas, y la falta de apoyo social.
Aquí desde mi propia experiencia aun después haber logrado un gran trabajo en una campaña política, de obtener el triunfo y por mucho, el candidato tomó eso de pretexto para no cumplir con darme el empleo que me había prometido si ganaba su candidatura a diputado local.
Aislamiento: Los trastornos mentales pueden llevar a las personas a aislarse socialmente, lo que a su vez puede aumentar la sensación de soledad y empeorar los síntomas del trastorno.
Dificultades en las relaciones interpersonales: Las personas con trastornos mentales pueden tener dificultades para establecer y mantener relaciones interpersonales saludables debido a sus síntomas, lo que puede llevar a la pérdida de amistades, problemas en las relaciones familiares y en las relaciones románticas.
Problemas laborales: Los trastornos mentales pueden afectar la capacidad de las personas para trabajar y llevar a la pérdida del empleo, lo que a su vez puede llevar a problemas financieros y a la disminución de la autoestima.
Es importante destacar que el estigma y las barreras sociales que enfrentan las personas con trastornos mentales pueden empeorar sus síntomas y dificultar el acceso a los servicios de salud mental que necesitan para recuperarse. Por lo tanto, es fundamental trabajar para reducir el estigma y mejorar el acceso a los servicios de salud mental para todas las personas que los necesiten.